supliquemos al incorruptible que no nos mande al carajo
y que no nos haga comer cebolla por los ojos
pensamos irónicamente que nos prestaría un atajo
pero nuevamente sacó la lengua y nos lamió los pies.
bendito seas...
bendito seas..
quien torpemente afeitó tu orejas
y escupió en tu boca el arrepentimiento.
me reí de ti
me burlé..
y ahora pago mi pecado con bolitas de dulces,
esperando mi coma diabético..
y la insulina usada de mi vecino.
2 comentarios:
( )
No tengo más palabras.
Estoy yo y mi polvo.
Estamos Desincronizados.
Saludos Berenjena.
jajaja que bizarro que la zorra!
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